Cocinar en familia
Cinco menús saludables para toda la familia
Cocinar juntos es la mejor forma de transmitirles a los pequeños de la casa los beneficios de la dieta mediterránea
A pesar de los comprobados beneficios que aporta a la salud la dieta mediterránea, los índices de obesidad en España no han dejado de crecer en los últimos años en todas las franjas de edad. El acelerado ritmo de vida actual hace que en demasiadas ocasiones se recurra a alimentos procesados o a comida rápida en lugar de optar por cocina casera. La ciencia ha demostrado la incidencia directa entre la alimentación y la salud de nuestro organismo. Unos buenos hábitos alimenticios permiten prevenir la aparición de problemas y enfermedades presentes y futuras.
Por ello para fomentar una buena salud familiar, debemos comenzar concienciando desde pequeños a nuestros hijos de la importancia de comer sano y de los alimentos poco saludables cuyo consumo conviene evitar. Una fórmula muy eficaz para conseguirlo es acostumbrarnos a cocinar en familia. Planificar los menús, que nos acompañen a hacer la compra y elegir los ingredientes y que nos ayuden a prepararlos y servirlos les introduce los buenos hábitos sin esfuerzo.
No saltarse el desayuno
Es clave dedicar el tiempo necesario al desayuno y no saltárselo por las prisas. Se deben evitar los productos procesados, los cereales azucarados y la bollería industrial. Sustitúyelos por unas tostadas con aceite de oliva y tomate triturado, un vaso de leche o un yogurt y alguna pieza de fruta. Los frutos secos y semillas también son una gran fuente de energía para afrontar el día.
Que los niños ayuden a preparar sus meriendas o los snacks para el recreo
Deja volar tu imaginación y aprovecha para introducirles nuevos alimentos. El método de presentación y los colores puede ser muy útil para que se animen a probar cosas diferentes: brochetas de frutas, crudités de verduras como zanahoria con humus o macedonia de frutas.
Platos saludables y fáciles de preparar
Debemos evitar los platos precocinados, las salsas preparadas que llevan gran cantidad de azúcar y sal y el exceso de fritos y rebozados y animarnos a cocinar en familia platos caseros de toda la vida.
- Las albóndigas con salsa de tomate casera son un plato que suele encantarles a los niños. Se pueden preparar de pollo, ternera, cerdo o mixtas y se mantienen muy bien unos días en la nevera. Se pueden acompañar de arroz blanco, puré de patatas o patatas fritas o cocidas.
- Los platos de cuchara son la mejor forma de introducir las legumbres en la dieta. Unas sabrosas lentejas, fabada o potajes de garbanzos, que se pueden preparar el fin de semana y sólo tener que calentarlas cuando lo vayamos a consumir.
- Otra gran opción es una pizza casera. Preparar la masa nosotros mismos y dejar que los más pequeños la amasen y le den la forma que prefieran. Aprovecha para demostrarles lo ricas que pueden estar algunas verduras poco populares como las espinacas, el brócoli o las alcachofas . Otra opción al horno con verduras son las quichés. Ambas opciones perfectas para solucionar una comida o cena en familia.
- Para aumentar la cantidad de pescado en la dieta, enseñarles a preparar tartares de atún rojo o de salmón, con aguacate y algas como el wakame o atreveros a preparar sushi, makis en casa.
En resumen que la cocina sea un espacio para compartir donde los niños puedan participar, ayudar y aprender una relación más sana con la comida.
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