Fructosa, jarabe de arce, agave, azúcar moreno y panela ¿Sustitutos sanos del azúcar?

Como he visto, el exceso de azúcar es malo para nuestro organismo. Y estos sustitutos de azúcar no son más sanos, elevan también la insulina. Ya sabemos que el exceso de glucosa en la sangre aumenta el riesgo de diabetes, incluso, la fructosa es peor tomarla aislada. En La Cocina Sana queremos explicarte en qué consiste cada uno y cómo afecta a tu organismo.

La fructosa en su forma natural, es decir, en la fruta, no es malo. Quitarle la fibra y usar la fructosa aislada como edulcorante, sí. Se ha comprobado que un exceso fructosa en el organismo es dañino, mientras consumida en su fuente natural no. Nuestro cuerpo utiliza el azúcar normal como energía para las células, mientras que la fructosa es almacenada directamente en el hígado como grasa. Produce efectos adversos como aumento de triglicéridos, disminuye la sensibilidad a la insulina y aparece la resistencia hepática a esta hormona.

CONCLUSIÓN: al cuerpo le resulta más difícil deshacerse de la fructosa versus azúcar. Es preferible que uses azúcar normal en tus recetas –reduciendo cantidad– ya que al menos la glucosa se puede aprovechar como energía, antes que fructosa.

La diferencia de nutrientes entre el azúcar blanco refinado y el azúcar integral sin refinar ES MÍNIMO. Son tan pequeñas las diferencias nutritivas que no podemos considerarlo mejor. Esta explicación no convence a todos aquellos que han elegido endulzar sus platos con estos tipo de azúcares por mucho tiempo. El valor nutricional en hidratos de carbono corresponde a 97,3 g versus a los 100 g de azúcar común. Contiene hierro y calcio, tan despreciable que tendríamos que tomar toneladas de este azúcar para percibir sus beneficios. La organización Mundial de la Salud, recomienda no ingerir más 10% de azúcares de la ingesta calórica total, incluido el azúcar moreno integral. Lo mismo pasaría con la panela o el azúcar mascababo que son variedades del azúcar moreno integral y la única diferencia son los nombres.

CONCLUSIÓN: Úsala sin considerar que es más saludable, simplemente reduce cantidad.

Puede ser una opción más recomendable que el azúcar, contiene 68 gr de hidratos de carbono por cada 100 ml, es decir reduces un 30% frente al azúcar. Sin embargo, debe ser consumido con moderación teniendo en cuenta este dato. Al igual que la miel, las cantidades de vitaminas y minerales que contienen son insignificantes en comparación con otros alimentos del reino vegetal y animal. Resulta ser una opción para reeducar el paladar, usando menos y con poca frecuencia. Muchos de los errores más comunes son usar una alternativa más veces y con mayor cantidad. 

CONCLUSIÓN: Reemplazar alternativas mejores sin reducir frecuencia y consumo es una equivocación. Siempre busca adaptar recetas con cabeza de vez en cuando que darte el capricho todos los días.

Nuestra recomendación siempre será, cuantos menos edulcorantes consumas, mejor. Reeduca tu paladar, aquí te decimos cómo. Buscamos muchas veces forma de endulzar menos cálorico como si fuera barra libre, de esta manera, no estaremos haciendo nada por nuestro organismo.

Estar pendiente del origen y procesamiento de nuestros alimentos, leer etiquetas, nos permite elegir mejor, optar por las frutas frescas y enteras como postre, ya que sus niveles de glucosa y fructosa son mejores para nuestro organismo que cualquier otro edulcorante y, también, como hábitos alimenticios.

En otro post hablaremos de la miel cruda y la miel comercial, así como también otros tipos de azúcar tan de moda como el azúcar de coco y el xilitol, un polialcohol. Quedaría pendiente el uso de edulcorantes acalóricos como el aspartamo y la sacarina, etc.

Ahora ya sabes que el jarabe de arce, sirope de ágave, fructosa, panelas de papelón, jarabe de remolacha, etc. No importa que tan natural suene, los edulcorantes en exceso, y más si han sido refinados, causan los mismos daños que el azúcar blanco. Nuestro cuerpo no está diseñado para tolerar la inmensa cantidad de azúcares que consumimos en el día a día, y mucho menos con la poca actividad física que tenemos. Por su puesto, de vez en cuando saltarse la dieta y preparar un postre no es peligroso, tomar decisiones desde la ignorancia, sí. 

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